
El ministro de Salud de Argentina, Ginés González García, dio un paso al costado el viernes luego de que se informara que las personas habían podido usar conexiones para obtener acceso a las vacunas COVID-19 a las que no tenían derecho.
González García dijo en una carta publicada en Twitter que las personas pudieron eludir el procedimiento adecuado para las vacunas debido a una “confusión no intencional” en su oficina mientras él estaba fuera.
El creciente escándalo pone de relieve los temores más amplios en la región sobre la corrupción y el acceso a las vacunas, que escasean.
A principios de este mes, los ministros de Salud y Relaciones Exteriores de Perú renunciaron y su expresidente fue puesto bajo investigación criminal luego de informes de cientos de funcionarios peruanos y otros que recibieron dosis de vacunas fuera de los ensayos clínicos y antes de que comenzara el programa nacional de inmunización.
Desde diciembre, Argentina ha estado usando la vacuna Sputnik V de Rusia para inocular a los trabajadores de la salud de primera línea, aunque las entregas se han quedado muy por detrás de lo que inicialmente esperaba. El país ha comenzado a vacunar a algunas personas mayores de 70 años esta semana, pero las citas son escasas y se supone que las personas deben seguir un procedimiento que implica registrarse primero, publica REUTERS.
Hasta el miércoles en Argentina, unas 250.000 personas habían recibido dos dosis de la vacuna COVID-19. El país de alrededor de 45 millones de personas ha confirmado más de 2 millones de infecciones por coronavirus y 51.000 muertes.