
Nació en Córdoba, Argentina, y su destino fue andariego. Se vinculó a las letras paraguayas desde su llegada a Asunción en 1901. Con Rafael Barret, Viriato DÃaz Pérez y José RodrÃguez Alcalá integró un pionero grupo de intelectuales extranjeros que se destacaron en el ambiente literario de aquellos años de principios de 1900.
Fue precursor del modernismo literario y del revisionismo histórico impulsado por éste. Goycoechea Menéndez murió joven, a los veintinueve años, pero, como muchos espÃritus truncados por la temprana muerte, dejó sin embargo célebres páginas. En especial aquellas que hablan de las hazañas, del heroÃsmo paraguayo demostrado en la Guerra de la Triple Alianza que se desarrolló entre 1864 y 1870.
Una de las piezas literarias es “La noche antes”, un famoso relato que se sitúa la vÃspera de la última batalla de la guerra. El encontronazo de Cerro Corá, donde sucumbirÃa el Mariscal Francisco Solano López, lÃder de la contienda y figura clave del Paraguay de entonces.En el siempre oficioso diccionario Narrativa Paraguaya de ayer y de hoy -editado por Intercontinental-, la investigadora y docente paraguaya Teresa Méndez-Faith indaga en este personaje, acercando en su publicación el cuento referido como una inapelable carta de presentación. Este relato fue incluido además en la AntologÃa Paraguaya (1901-1905), un libro que salió de la imprenta en 1985 bajo el sello Alcándara Editora. La edición estuvo a cargo del historiador Raúl Amaral.Goycoechea Menéndez murió en Mérida, México; otros aires lejanos se cerrarÃan para él. Hablamos de un hombre que presumimos idealista cuando al describir la última jornada del Mariscal señalando con encendida pluma “aquel guerrero cuya espada se aprestaba a describir bajo cielos la elÃptica sangrienta, entre cuyos términos iba a rimarse el último canto de la epopeya, se sintió inmenso porque se sintió patria”. Hay, como se ve en el escrito, una honesta emoción del escritor que amoneda en palabras los momentos más difÃciles de una batalla, la espera antes del enfrentamiento, justamente lo que a todo soldado valiente inquieta.Entre sus obras dejó una que nos interesa especialmente, la colección de cuentos GuaranÃes. Cuentos de los héroes y de las selvas guaranÃes. El tiempo lo cubrirá tal vez de polvo y de años, pero no de olvido, pues el reconocimiento es como ese retoño del desierto que florece sin riego y sin estima, crece porque alguien arriesgó la semilla.
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